Los comedores escolares son muy importantes para muchas familias. Cada vez más son un espacio
necesario para que los progenitores puedan conciliar y más allá de su función de proporcionar una
alimentación equilibrada, estos espacios se han convertido en lugares esenciales para el desarrollo
de los niños. En los comedores escolares la figura del monitor desempeña un papel indispensable,
ya que no solo supervisa las comidas, sino que también actúa como guía en la creación de hábitos,
la convivencia y la resolución de conflictos.



Un entorno que promueve hábitos saludables. La alimentación en los comedores escolares no solo es una cuestión de nutrición, sino también de educación. Los monitores tienen la responsabilidad de promover una relación positiva con la comida, enseñando a los niños la importancia de una dieta equilibrada y hábitos alimenticios adecuados. Los valores que aprendan en esta etapa escolar les acompañaran siempre.
La socialización es mucho más que compartir una mesa. El comedor escolar es uno de los principales espacios de socialización en la vida de los niños. Aquí, fuera de las aulas, tienen la oportunidad de relacionarse con sus compañeros en un ambiente más relajado, donde pueden desarrollar habilidades sociales esenciales .En la vida diaria del comedor, surgen situaciones que requieren la intervención del monitor, desde pequeños desacuerdos hasta la gestión de conductas más complejas.



La diversidad es una característica fundamental de cualquier entorno escolar, y el comedor no es la
excepción. La capacidad del monitor para intervenir de manera adecuada es imprescindible para
transformar estos momentos en oportunidades de aprender, madurar y crecer. A través de la
mediación y el ejemplo, los monitores enseñan a los niños a resolver conflictos de manera pacífica,
fomentando la empatía, la tolerancia y el respeto por las diferencias.
La necesidad de una formación sólida
Dada la responsabilidad que tiene un monitor de comedor la formación debe ser prioridad para cualquier
persona que quiera desempeñar esa función. Un monitor no solo debe estar capacitado para
supervisar y cuidar de los niños, sino también para gestionar dinámicas grupales, promover hábitos
saludables y ser un modelo de convivencia y respeto. También es básico tener formación solida en primeros auxilios, educar en igualdad, seguridad alimentaria y por supuesto nutrición.
Con una formación especializada, cualquier persona interesada en realizar este trabajo puede
adquirir las competencias necesarias para desempeñar su labor de manera eficaz y contribuir
positivamente al desarrollo de los niños, mientras se asegura de que el comedor escolar funcione
como un espacio de crecimiento y aprendizaje.


